Los primeros nombres empleados para designar al movimiento fundado por (Jesús) Yahshúa fueron hebreos. En el libro de los Hechos aparece נצרים (notzrim) o “nazarenos”, derivado del título aplicado a Jesús por las masas (Mt. 26:71; Mr. 1:24; 10:47; 14:67; Lc. 4:34; Jn. 18:5,7; 19:19). Su aceptación por propios y extraños al movimiento era tan pronunciada que Simón ben Yonáh (Pedro) lo empleó para exhortar a las multitudes reunidas en Templo, durante el servicio matutino del día de Shavuo (Pentecostés): “¡Jesús el Nazareno a quien Yahwéh ha levantado!”, (Hch. 2:22).
Paralela a la expansión del movimiento que revolucionó al judaísmo surgió otra designación, הדרך (Ha Derej) o “El Camino”, (Hch. 24:14, 22). Un término bastante antiguo proveniente de la Alianza Abrahamica y posteriormente desarrollado en la profecía mesiánica hebrea. Su significado básico es “judaísmo”, “forma de vida”, y “línea de conducta”. En el sentido técnico significa “prácticas y creencias religiosas hebreas” y “aquello que llena la mente, gobierna el corazón y guía los pies del israelita”. En el judaísmo del siglo I era además entendido como “secta” y a veces como “escuela rabínica”. Cuando Yahshúa reclama ser “El Camino” (Jn. 14:6). Él está declarando ser la viva esencia del judaísmo, no su abrogación. Pero enseñando la forma de interpretación más exacta de todo el Tanaj ya que en El se cumplieron todas y cada una de las profecías referentes al Mashiyah enviado por Yahwéh, Lucas 24: 25-27, no como lo hacían las escuelas rabínicas más destacadas de aquellos tiempos. Nos referimos a las escuelas de Shammai vinculada a los Saduceos. Y la de Hillel vinculada a los Fariseos, además de otras que florecían por aquellos tiempos del siglo primero.
Años después, el rabí Shaúl ha Tarsí (Pablo) testificó ante el procurador Félix acerca del “Camino que ellos llaman herejía” (Hch. 24:14).
Epifanio de Salamina, un historiador de la Iglesia expone en sus crónicas. El título “cristiano”, cuya traducción más aproximada sería “mesiánico” fue acuñado en la ciudad de Antioquia, en la actual Turquía, por aquellos gentiles que no formaban parte del movimiento, (Hch. 11:26). El seudónimo “cristiano” no gozó de amplia aceptación hasta la época en que fue escrita la Didajé (finales del siglo I y principios del II E.C.), siendo luego usado por Ignacio, Obispo de Antioquia, gracias a que el nombre era ya popular en esa ciudad. Con anterioridad a esos años y cuando el lazo de unión entre los gentiles y judíos creyentes era todavía fuerte los títulos más comúnmente usados por su sabor hebreo fueron “El Camino” y “los Nazarenos”.
Es históricamente cierto que durante las primeras etapas de la proclamación de la Mazoret o Noticias más tarde conocido como (Buena Nueva) fueron los seguidores y creyentes en el Mashiyah Yahshúa y los prosélitos, (aquellos gentiles que se encontraban bajo la influencia del judaísmo), los que estaban mejor preparados para recibirla y comprenderla. Estos, no tuvieron un acercamiento uniforme a la corriente principal del judaísmo pero tampoco se consideraron ajenos o contrarios a él.
Las sinagogas de Judea y la Diáspora vinieron a ser centros florecientes de enseñanza nazarena donde se forjaron los rabinos que llevaron a Los Goyim, las naciones gentiles lo que el Tanaj decía proféticamente sobre la venida del Mashiyah de Israel. El libro de los Hechos y las cartas de los Apóstoles dan cuenta que uno de sus intereses principales era legitimizar el movimiento nazareno, y al Rabí Yahshúa ben David dentro de la línea del profetismo hebreo, como es observable en los siguientes pasajes:
- “El Eloah de Abraham, de Isaac y de Jacob, el Eloah de nuestros Abot (אבות o Padres) ha glorificado a su Hijo Yahshúa (Jesús)…” (Hch. 3:13).
- “Porque Moisés dijo a los Padres: Yahwéh vuestro Eloah os levantará Profeta de entre vuestros hermanos, como a mí; a él oiréis en todas las cosas que os hable; y toda alma que no oiga a aquel Profeta, será desarraigada del pueblo. Y todos los profetas desde Samuel en adelante, cuantos han hablado, también han anunciado estos días. Vosotros sois los hijos de los profetas, y del pacto que Elohim hizo con nuestros Padres, diciendo a Abraham: En tu simiente serán benditas todas las familias de la tierra. A vosotros primeramente, Elohim, habiendo levantado a su Hijo, lo envió para que os bendijese, a fin de que cada uno se convierta de su maldad” (Hch. 3:22 – 26).
- “Elohim, habiendo hablado muchas veces y en muchas maneras en otro tiempo a los Padres por los profetas, en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, al cual constituyó heredero de todo, por el cual asimismo hizo el universo” (Heb. 1:1 – 2).
- De igual manera, los temas más importantes del Tanak (Antiguo Testamento) son presentados como elementos de la revelación que unen al Mesías con Israel. Shaúl escribió al respecto: “Ellos son israelitas, de los cuales son la adopción como hijos, la gloria o “Shekina”, los pactos, la promulgación de la Toráh, el culto y las promesas. De ellos son los patriarcas; y de ellos según la carne proviene el Mesías, quien está sobre todas las cosas, bendito sea Elohim por los siglos. Amén” (Ro. 9:4 – 5).
El crecimiento constante de los nazoreos es comparable a aquel movimiento de restauración acaecido en los días de Esdras y Nehemías, cuando las multitudes enteras se estremecían hasta los tuétanos y buscaban al Eterno sinceramente.
- En el libro de los Hechos se dice que durante la solemnidad de Shavuot (Pentecostés) el mensaje nazareno conmovió los corazones de muchos peregrinos, la mayoría de ellos judíos de la dispersión: “Así que, los que recibieron su palabra fueron purificados en agua inmersión o bautismo (tevilá); y se añadieron aquel día cerca de tres mil personas.” (Hch. 2:41).
- Poco después, a raíz de un discurso de los rabinos Shimón y Yohanan hubo otra conversión en masa, “Pero muchos de los que habían oído la palabra, creyeron; y el número de los varones era aproximadamente cinco mil. (Hch. 4:4). Tal cifra no incluye a mujeres y niños.
- Varios pasajes después, la comunidad nazarena es descrita como “una multitud” o “un gran número”. Lucas, el autor del libro, no pudo determinar la cantidad total de judíos que se habían adherido a la nueva escuela del Mashiyah Ha Yahshua. “Y la multitud de los que habían creído era de un buen corazón y alma (Hch. 4:32). Fuera del Templo, no existía edificio alguno en Jerusalén que pudiera albergar un número tan grande de personas con fines de religiosos. Fue ahí, en el pórtico de Salomón donde la comunidad nazarena mantuvo sus servicios y continuó haciendo volver los corazones de los hombres al Eloah de Abraham. “Y por la mano de los {Apóstoles} se hacían muchas señales y prodigios en el pueblo; y estaban todos unánimes en el pórtico de Salomón. De los demás, ninguno se atrevía a reunirse con ellos; mas el pueblo los alababa grandemente. Y los que creían en el Adón aumentaban más, gran número así de hombres como de mujeres” (Hch. 5:12 – 14).
- Que el movimiento nazareno haya logrado atraer a sus filas a multitud de hombres y mujeres piadosas de buena reputación, provenientes de todas las clases sociales y niveles académicos, acredita su ortodoxia e integridad hebrea. “Y crecía la palabra de Adonay, y el número de los discípulos se multiplicaba grandemente en Jerusalén; también muchos de los sacerdotes obedecían a la fe” (Hch. 6:7). “Así que creyeron muchos de ellos, y mujeres griegas de distinción, y no pocos hombres” (Hch. 17:12)
Cuando Saúl visito Jerusalén había miles de practicantes de la Tora que habían aceptado Yahshua como su Mashiyah y se habían unido a este movimiento nazareno (Hch.21:20
Pasajes donde se citan los nombres de los seguidores originarios de Yahoshúa El Mashiyah ( Jesucristo) en el primer siglo del tiempo Apostólico
Hch 9:2. y le pidió cartas para las sinagogas de Damasco, para que, si encontraba algunos seguidores del Camino, hombres o mujeres, los pudiera llevar presos a Jerusalén.
Hch 18:25. Éste había sido instruido en el Camino del Señor y con fervor de espíritu hablaba y enseñaba con todo esmero lo referente a Jesús, aunque solamente conocía el bautismo de Juan.
Hch 18:26. Éste, pues, comenzó a hablar con valentía en la sinagoga. Al oírle Aquila y Priscila, le tomaron consigo y le explicaron con más exactitud el Camino.
Hch 19: 9. Pero como algunos se obstinaban, no se dejaban persuadir y hablaban mal del Camino ante la gente, rompió con ellos y formó grupo aparte con los discípulos, discutiendo diariamente en la escuela de Tirano.
Hch 19:23. Por entonces se produjo un tumulto no pequeño con motivo del Camino.
Hch 22:4. Yo perseguí a muerte a este Camino, encadenando y arrojando a la cárcel a hombres y mujeres,
Hch 24: 14. “En cambio te confieso que según el Camino, que ellos llaman secta, doy culto al Dios de mis padres, creo en todo lo que está escrito en la Ley y en los Profetas
Hch 24:22. Félix, que estaba bien informado en lo referente al Camino, les dio largas diciendo: “Cuando baje el tribuno Lisias decidiré vuestro asunto.”
Hch 24: 5 .Pues hemos comprobado que esta peste de hombre provoca altercados entre los judíos de toda la tierra y que es el jefe principal de la secta de los nazoreos.
Hch 26:9. 9. “Yo, pues, me había creído obligado a combatir con todos los medios el nombre de Jesús, el Nazoreo.
Hch 2:22. “Israelitas, escuchad estas palabras: A Jesús, el Nazoreo, hombre acreditado por Dios ante vosotros con milagros, prodigios y signos que Dios realizó por su medio entre vosotros, como vosotros mismos sabéis,
Hch 4:10. sabed todos vosotros y todo el pueblo de Israel que ha sido por el nombre de Jesucristo, el Nazoreo, a quien vosotros crucificasteis y a quien Dios resucitó de entre los muertos; por su nombre y no por ningún otro se presenta éste aquí sano delante de vosotros.
Hch 6:14 pues le hemos oído decir que Jesús, ese Nazoreo, destruiría este Lugar y cambiaría las costumbres que Moisés nos transmitió.”
Un tema de S.LL.M. Para Edificación Bíblica Cristiana. (www.sallomo.es)