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Durante miles de años hemos venido utilizando calendarios paganos, y extrañamente eso no ha sido modificado por NINGUNA DE LAS RELIGIONES QUE DICEN ADORAR AL ÚNICO CREADOR. Pero claro, tal vez existan motivos ocultos (o manos ocultas) detrás de la modificación de los tiempos…
Como a un huerto, trató con violencia a su Cabaña; destruyó su Carpa de Reunión. Yahweh ha puesto fin en Tsiyón las festividades y los Shabatot; en su ardiente ira desechó al rey y al sacerdote. Ejah/Lamentaciones 2:6
Calendario Romano
Según la tradición romana, el origen mítico del antiguo sistema para dividir el tiempo se debió al primero de los reyes, Rómulo, y constaba de 10 meses el año, donde 4 meses tenía 31 días y 6 meses tenía 30 días; en total el año tenía 304 días.
Pero éste tenía desfases de tiempo y los pontífices paganos lo reajustaban agregando un mes llamado mercedonius, casi siempre de forma bienal. Los reajustes se hacían con criterios políticos, no astronómicos, como determinar el día de pagar a la servidumbre, y se hacía mal uso del reajuste, para prorrogar cargo de un funcionario, y adelantar o retrasar votaciones.
El año empezaba a principios de marzo (martius, de Marte, dios de la guerra) que era el primer mes de primavera (equinoccio de primavera), cuando se decidían las campañas militares del año. Los meses iban desde martius hasta februarius, en este orden:
- Martius: mes de Marte, dios de la guerra, padre de Rómulo y Remo
- Aprilis: mes de apertura de flores (por la primavera, en el hemisferio norte)
- Maius: mes de Maia, diosa de la abundancia
- Junius: mes de Juno, diosa del hogar y la familia
- Quintilis: mes quinto
- Sextilis: mes sexto
- September: mes séptimo
- October: mes octavo
- November: mes noveno
- December: mes décimo
- Januarius: mes de Jano, dios de los portales
- Februarius: mes de las hogueras purificatorias (februa)
Reforma de Numa Pompilio
Posteriormente se realizó una reforma atribuida por la tradición al rey Numa Pompilio, segundo rey de Roma. Se modificó la duración de los meses para que duraran 29 y 31 días alternativamente (para los romanos, los números pares traían mala suerte), y se añadieron dos meses adicionales entre diciembre y marzo: enero y febrero. Desde mediados del siglo II aC, el año, que hasta entonces había empezado en el mes de marzo, pasó a comenzar en enero. Así el año pasó a durar 365 días: febrero tenía 28 días, marzo, mayo, julio y octubre 31, y el resto 29, dando un total de 355 días. (De aquí surje el desfasaje en los nombres de los meses, por lo que septiembre, que era el mes séptimo, pasó a ser el noveno, y lo mismo con noviembre y diciembre). Como después de la reforma de Numa Pompilio las cosas no se arreglaron, ya que seguía el calendario lunar oficial desfasado con el curso estacional, basado en el ciclo solar, se optó por añadir cada cuatro años dos meses, uno de 22 y otro de 23 días, denominados Mercedonios o Intercalares (de merces, es decir, los salarios, ya que los trabajadores se les pagaba en esta época del año).
El complicado sistema de ajuste de los meses, para que los años se ajustasen al ciclo solar era controlado por el Colegio de los Pontífices, pero nunca se solucionó satisfactoriamente ese desfase.
Calendario romano Agricultor. Roma, Museo della Civiltà Romana, inv. M.C.R. norte. 3485 Cada lado tiene los nombres de los tres meses del año. Para cada mes se puede ver, a partir de la parte superior: el número de días; el día en que las nonas (el día del primer trimestre de la Luna) cae; la duración del día y la noche expresado en horas; el signo del zodiaco; la divinidad protectora y las fiestas más importantes.
El calendario de Numa
Los seis primeros meses se denominaron con un nombre derivado del de la divinidad o culto al que estaban consagrados. La denominación de los meses era:
- Ianuarius: en honor al dios latino Jano, a quien se acudía en los inicios de todas las actividades. También le estaba dedicado el primer día de cada mes.
- Februarius: dedicado a Februus (más conocido por el nombre de Plutón), dios de las ceremonias de purificación que se llevaban a cabo en este mes para expiar las culpas y faltas cometidas a lo largo del año que acababa, y para comenzar el nuevo con buenos augurios.
- Martius: en honor a Marte, padre de los fundadores de Roma, Rómulo y Remo. Era el protector del romano, como agricultor y como soldado: las dos actividades tenían su comienzo en esta época del año.
- Aprilis: es un nombre de dudosa interpretación. Una teoría decía que estaba consagrado a Venus, Apru en etrusco. Otra teoría se refiere a la llegada de la primavera, estación en que se abren (aperire) las flores.
- Maius: titularidad discutida, ya que algunos afirman que estaba dedicado a la madre de Mercurio, la diosa Maya, que se encargaba de la fertilidad agrícola, a esta los romanos la llamaban Bona Dea y su fiesta se celebraba este mes. Otros atribuyen el mes a la veneración de los antepasados, los Maiores.
- Iunius: consagrado a Juno (Iuno), protectora de las mujeres. También existe otra posible dedicación a los descendientes, los Iuniores.
- Quintilis: llamado así por ser el quinto mes (quinque: cinco). A la muerte de Julio César pasó a llamarse Iulius en su honor, por ser el mes de su nacimiento.
- Sextilis: mes sexto (six: seis). Se dedicó posteriormente a Octavio Augusto y recibió el nombre de Augustus.
- Septembris: mes séptimo (septem: siete)
- Octobris: mes octavo (octo: ocho).
- Novembris: mes noveno (novem: nueve)
- Decembris: mes décimo (decem: diez)
Denominación de la semana
En esa época los romanos no utilizaban una semana de 7 días sino una de 8, consignados con letras de la A a la H.
Esta “semana” se llamaba ciclo nundinal, porque derivaba de las nundinas o días de mercado, que se desarrollaban cada 8 días.
Denominación de los días
Para indicar los días del mes, los romanos tenían un sistema muy complicado, heredado de la época del calendario lunar primitivo. No numeraban los días del 1 al 31, sino que en cada mes había tres días clave:
- Las calendas, (kalendae, -arum). Las calendas eran el primer día de cada mes, que debían coincidir en principio con la Luna nueva. De esta palabra deriva calendario.
- Las nonas, (nonae, -arum). Las nonas eran el día cinco de cada mes, excepto en marzo, mayo, julio y octubre en los cuales las nonas eran el día siete. Era una fecha intermedia, ocho días antes de las idus y se denominaba nonae porque era el noveno día contando el de las idus.
- Los idus, (idus, -uum). Los idus eran el día trece de cada mes, excepto en marzo, mayo, julio y octubre, en los que eran el día quince. Por tanto, era una fecha móvil y se correspondía con la Luna llena.
Denominación de la horas
Los romanos no dividían el día en 24 horas o en 24 partes iguales durante todo el año. Repartían el tiempo de luz (el día) en doce horas. De esta manera, en verano, las horas resultaban más largas que en invierno. Para medir las horas, utilizaban relojes de sol (horologium, v. reloj de sol), y más raramente de agua (clepsydra, v. clepsidra).
Las horas se expresaban con números ordinales: hora prima, hora secunda, hora tertia, etc. La hora prima era la primera del día, la del amanecer. La hora que marcaba el final del día, la puesta de sol, era la hora duodécima. De la hora sexta, que marcaba el mediodía, procede la palabra siesta.
La noche se dividía en cuatro partes denominadas vigilia: prima vigilia, secunda vigilia, etc. Tenían una duración diferente según fuera la época del año.
Esta distribución en cuatro partes y el propio nombre guardaban relación con los turnos de vigilancia de los campamentos militares. También las unidades de bomberos de Roma, de carácter militar, se denominaban vigiles: cohortes vigilum.
Calendario Juliano
El calendario juliano fue elaborado por el astrónomo griego Sosígenes de Alejandría, pero recibió su nombre en honor a Julio César.
El año 153 a. C. se había tomado como inicio del año el 1 de enero, en lugar del tradicional 1 de marzo, para poder planear las campañas del año con tiempo debido a las Guerras Celtibéricas que se estaban desarrollando en la Península Ibérica y los problemas que estaba causando la conquista y asedio de Numancia.
César mantiene ese principio de año e implanta el nuevo calendario, que consta de 365 días divididos en 12 meses, excepto los años bisiestos que tienen 366 días, y añaden un día adicional al mes de febrero. El calendario juliano cuenta como bisiestos uno de cada cuatro años, incluso los seculares. Con este calendario se comete un error de 3 días cada 400 años. Además renombró el mes de quintilis, como julius (julio), en su honor.
El nuevo calendario se implantó en el año 46 a. C. con el nombre de “Julius” y mucho después de “Juliano”, en honor a Julio César. Únicamente en ese primer año, se contaron 445 días, en vez de los 365 normales, para corregir los desfases del calendario anterior, y se lo llamó “el último año de la confusión”. Para ello, se agregaron dos meses Merkedinus, entre noviembre y diciembre, uno de 33 días y otro de 34, además del mes intercalado en febrero.
Desde 44 a. C. se acordó que todos los años constaran de 365 días, y cada cuatro años se contarían 366. Estos años se llamarían “años bisiestos”, porque en ellos añadían un 24 de febrero. Según el cómputo del tiempo, el 24 de febrero se llamaba “día sexto” antes de las calendas de marzo (ante diem sextum calendas martias), de manera que el 24 de febrero repetido se llamaría “bis sextum” (de ahí la palabra “bisiesto”).
La manera de contar los días siguió la tradición romana hasta que los visigodos introdujeron la costumbre de numerar los días, que no sería oficial hasta que la adoptó Carlomagno.
Desde su implantación en el 46 aC, se adoptó gradualmente en los países europeos y sus colonias hasta la implantación de la reforma gregoriana, del papa Gregorio XIII, en 1582.
Sin embargo, en los países de religión ortodoxa se mantuvo hasta principios del siglo XX: en Bulgaria hasta 1916, en Rusia hasta 1918, en Rumanía hasta 1919 y en Grecia hasta 1923. A pesar de que en sus países el calendario gregoriano es el oficial, hoy en día algunas de las iglesias ortodoxas (por ejemplo, la de Jerusalén, la de Rusia o la de Serbia) siguen utilizando el calendario juliano, o modificaciones de él diferentes al calendario gregoriano, para su liturgia y otras (por ejemplo la de Constantinopla, la de Grecia y la de Finlandia) usan el calendario gregoriano. La Iglesia copta también sigue utilizando el calendario juliano.
La semana y sus dioses
Perciban que en la imagen, EL PRIMER DÍA DE LA SEMANA ES SATURNO Y EL SEGUNDO ES EL SOL. Eso sería mudado por Constantino.
Esta estatuilla de plata de la diosa galo-romana, Tutela. Entre sus alas vemos los siete dioses planetarios en el orden de los días de la semana, de izquierda a derecha: Saturno, Solis (sol), Luna, Marte, Mercurio, Júpiter y Venus. En exhibición en el Museo Británico.
Una prueba más de que SATURNO ERA EL PRIMER DÍA DE LA SEMANA, Y NO EL DOMINGO, DÍA DEL SOL.
El Domingo no puede ser el día en que Yahshua ha Mashiaj resucitó de los muertos, porque el domingo no existía en la semana juliana de 8 días en su tiempo, el día del Sol era el segundo día
Los meses y sus Dioses
Januarius
Januarius es el mes dedicado a JANO. A él se dedican todas la mañanas (Janus matutinus) y el inicio de los meses (CALENDAS). Este mes le pertenece por ser en el que se inicia la prolongación de los días. Jano es uno de los dioses más antiguos del panteón romano y se le representa con dos caras: una que mira hacia delante y otra que mira hacia atrás. Sus leyendas están ligadas a los orígenes de la ciudad de Roma. Él reinó durante la Edad de Oro, que se caracterizaba por la bondad de los hombres y la abundancia de todos los bienes. Después de su muerte, Jano fue divinizado. Él fue el primero en inventar naves que hacían el recorrido desde Italia hasta Tesalia, así como la moneda, que por eso lleva dos caras.
Februarius
Februarius es el mes de las purificaciones y recibe su nombre de la diosa FEBRUA, madre de Marte, así como de Febrio o Plutón, nombre latino del Hades griego, el raptor de Perséfone. El mes de febrero es un mes de fuegos ceremoniales para ahuyentar los malos espíritus de las cosechas y los ganados, así como de los que aquejan a la salud. Estos genios malignos han sido identificados con los gigantes.
En general, en el mes de febrero se celebran festivales ígnicos, en los que se queman efigies de los enemigos o de todo aquello que supone un mal para nosotros. Los celtas celebran una de sus fiestas principales con este propósito. También febrero es considerado un mes de purificaciones por constituir el momento en que los futuros iniciados en los misterios de Eleusis comienzan su periodo de recogimiento y preparación, en los pequeños misterios, a fin de poder participar en septiembre de los Grandes Misterios.
Martius
Antes de establecerse el calendario juliano (en el calendario romano), marzo era el primer mes del año, dedicado a la Diosa Madre, que recibía diversos nombres según los lugares en que se le invocara. Era también el mes de las mujeres.
El nombre de marzo deriva de la consagración que de este mes hicieron los romanos a MARTE. Ovidio nos dice así en sus “Fastos”: “No obstante, las generaciones primitivas honraron a Marte más que a todos los otros dioses. Con ello este pueblo belicoso había seguido sus inclinaciones naturales. Los hijos de Cécrops (atenienses) veneran a Palas Atenea; la minoica Creta, a Diana; el país de Hipsilia, a Vulcano; Esparta y la pelópida Micenas, a Juno; la región de Menelao, a Fauno (Pan). El Lacio debía ser quien venerase a Marte, porque éste preside los combates: los combates eran los que proporcionaban a este pueblo feroz el poder y la gloria.”
Sin embargo, las fiestas de marzo, para la mayoría de los pueblos, están dedicadas a la resurrección cíclica de la Primavera; una resurrección que ha sido precedida y anunciada por la muerte del grano, de la simiente, del espíritu de la vegetación encarnado generalmente en el hijo de la Gran Madre; Attis, Dionisos, Osiris…
Aprilis
Mes dedicado a la diosa AFRODITA (Venus). Este mes recibe el nombre de “Aphrilis”, que significa espuma, porque de la espuma fue procreada Venus, la diosa de los amores, a quien están consagrados el toro y el mirto.
Los amores son tres: Eros, “el amor”, hijo de Venus y Mercurio; Anteros, “el amor recíproco”, hijo de Venus y Marte; y Desiré, “el deseo”, hija de Venus y Pan. “Es Ella quien ha dado vida a todos los dioses; la que está en el origen de las cosechas y los árboles; quien llevó a los hombres de rudos espíritus a vivir en sociedad y los enseñó a unirse cada cual con su pareja”. (Ovidio).
Maius
La etimología del nombre de este mes no está muy clara. Según unos autores fue Rómulo el que dedicó este mes a los mayores -maior-, que son los destinados al consejo de la ciudad, mientras que el siguiente mes de junio lo consagró a los jóvenes -junior-, que constituyen la otra parte de la población, apta para los deportes y los juegos.
Otros opinan que el nombre de este mes se debe a que está dedicado a la diosa MAYA, de la cual existen dos versiones: la griega y la romana. Según la primera, Maya es hija de Atlante y madre de Hermes. En este mes los mercaderes ofrecen sacrificios a la madre y al hijo, dios protector del gremio.
La interpretación romana nos dice que Maya era esposa de Vulcano, dios del fuego y los sacerdotes de este último veneraban a la diosa en las calendas de mayo.
Este mes se inicia con la fiesta celta de Beltane, con la que se reinicia el trabajo en la tierra. Para los pueblos mediterráneos es el mes en el que se exalta la floración de los campos en auténticos festivales de fecundidad. Se celebra también en este mes la festividad de Europa.
Iunius
Junio es el sexto mes y es llamado así por estar dedicado a los jóvenes, -junior-.
Según otra versión, este mes recibe su nombre de la diosa JUNO, hermana y esposa del dios Júpiter, ya que en las calendas de este mes fue edificado en Roma el templo en el que se ofrecían sacrificios y ofrendas a esta diosa.
El mes de junio no tiene excesivas fiestas, ya que el tiempo de siembra ha pasado y aún no es llegada la época de la siega o de la vendimia, pero un acontecimiento importante sucede en los cielos: el solsticio de verano o segunda puerta solsticial de Jano. Esta noche, conocida actualmente como de San Juan, todos los pueblos estallan en fiestas.
Iulius
Como era el quinto mes en el antiguo calendario lunar de Rómulo, el mes de julio recibía el nombre de Quintilis. Desde Numa Pompilio fue denominado Septeno, hasta que Marco Antonio, cónsul romano, le dio el nombre de Julio en honor y reverencia de Julio César, que por entonces era dictador perpetuo, en recuerdo de que el emperador había nacido el undécimo día de este mes.
Julio es el mes consagrado a Atenea, la diosa guerrera cuyos atributos son la lanza, el escudo y la égida, pero a la vez diosa de la Razón y de la Filosofía. Consiguió el patronazgo de Atenas por haber introducido en el Ática el olivo y la industria del aceite. Construyó la mayor nave conocida hasta entonces, Argos, que condujo a los argonautas hasta Cólquide en busca del “Vellocino de oro”. Atenea es protectora de las ciudades y en Troya se la veneraba especialmente en la forma de un idolillo antiquísimo llamado Paladio, por lo que Ulises tuvo que robar dicha imagen para conseguir tomar la ciudad, que por la protección de Atenea era inexpugnable.
Augustus
En este mes, Marco Antonio y Cleopatra fueron vencidos por Octavio César, acabando todas las guerras civiles entre los romanos. Octavio entonces obtuvo la monarquía del mundo, que lo sojuzgó enteramente al Imperio de Roma.
Fue en este mes cuando Octavio entró triunfador en la capital del Imperio y por estatuto público le fue añadido el sobrenombre de Augusto, apelativo que tomaron todos los emperadores posteriores. Agosto, pues, deriva de Augusto.
El inicio de este mes rompe con una gran festividad céltica: la Lugnasad o fiesta de Lugh hijo de la diosa Don, fundador de ciudades como London, Lyon o Lugo, y que más tarde se encarnará en el personaje medieval de Lancelot.
Igualmente está dedicado este mes a la diosa Diana o Artemisa, protectora de las amazonas, y más tarde, de las brujas.
September
Es el séptimo mes en la cuenta de Rómulo, de ahí su nombre de septiembre.
Es el mes dedicado a la iniciación en los poderes y la sabiduría otorgados por Deméter, rituales que van muy unidos al culto a Dionisos, dios-vino, al que se celebra en la vendimia propia de este mes.
Homero escribe que la vendimia comporta danzas y la recitación de un “hermoso lamento” en el que se cantan los sufrimientos y la muerte del dios del racimo.
October
Según el calendario antiguo, se trata del octavo mes. Su nombre fue cambiado por el de Domiciano, que pasó a la historia como cruel tirano, circunstancia que provocó el que se borrara totalmente su memoria de monumentos públicos y monedas acuñadas con su efigie, así como el nombre del mes que se había autodedicado, que recuperó el dado por Rómulo: Octubre.
Es el mes dedicado a las grandes fiestas de las Tesmoforias en honor de Deméter como madre dolorosa que ha perdido a su hija Perséfone.
También se dedica ese mes a la confraternización de los clanes y a los niños y jóvenes de la familia.
Nouember
Noviembre recibe su nombre por ocupar el noveno lugar del calendario de Rómulo, es decir, del antiguo calendario lunar en el que Marzo era el primer mes del año.
Sin embargo, el inicio de este mes supone para los celtas el momento cumbre de renovación, el Día Santo en el que todas las cosas son nuevas; el origen de un ciclo marcado por lo sagrado, que no finalizará hasta el mes de Mayo con la vuelta al trabajo material.
December
Recibe su nombre por ser el décimo mes en el antiguo calendario romano. En el cómputo copto de la cuenta egipcia, constituye el primer mes del año.
En el mes de Diciembre tienen lugar las fiestas más explosivas y transgresoras del calendario romano, las Saturnales, en conmemoración de aquel tiempo mítico de la bucólica Edad de Oro en la que reinaba Saturno.
Es también el mes del solsticio de invierno, el tiempo cósmico que señala el nacimiento de los dioses solares.
¿CREEN QUE YAHWEH ORDENÓ ESTE CALENDARIO CON MESES DE DIOSES PAGANOS?
Como se puede ver, NADA EN LA MEDICIÓN DEL TIEMPO TIENE LA MENOR “INOCENCIA”: cada vez que usamos el calendario romano, juliano o gregoriano (el actual, que mantendrá los mismos nombres), ESTAMOS RINDIENDO CULTO A FALSOS DIOSES…
Veamos algunos comentarios de los “padres de la iglesia” sobre el cambio del Calendario Hebreo al Calendario Romano:
Constantino
El proceso de difusión y estandarización de la semana de siete días del Calendario Juliano en el Imperio Romano y el Cercano Oriente se inició alrededor del comienzo de la era cristiana y culminó con la conversión del Imperio al cristianismo. Es decir que se trató de un proceso gradual, no de algo impuesto y establecido de un día para el otro. A principios del siglo III, el hábito de medir el tiempo en ciclos de siete días llegó a ser universal o, al menos, general en todo el Imperio Romano.
En el año 321, el emperador Constantino I el Grande implantó la semana de siete días DE MANERA OBLIGATORIA, copiada del calendario lunar de los mesopotámicos, los cuales establecieron la semana de siete días basándose en los planetas (incluidos el sol y la luna) que se podían observar desde la tierra: domingo, lunes, martes, miércoles, jueves, viernes y sábado. La semana de siete días se hallaba también presente en el antiguo calendario egipcio. Esta división de la semana en siete días, es la que con el tiempo se popularizaría en las distintas culturas.
Además, decretó que el domingo (dies solis) fuese día de descanso para adorar a “Dios”, en detrimento del sábado, tradicional no sólo entre los judíos sino también entre los gentiles, moviendo el día de Saturno al lugar séptimo de la semana, y comenzándola con el día del Sol. Pero con esto se satisfacía a otra religión muy popular a la que perteneció el propio Constantino, el culto a Mitra, cuya representación era el sol.
Resulta interesante que un supuesto “convertido” al cristianismo como Constantino no sólo haya insistido en PAGANIZAR EL CRISTIANISMO, sino que lo haya logrado de forma tan completa que el engaño se mantenga hasta nuestros días… y que aún existan católicos que repitan el cuentito infantil de la “visión” de la cruz de Constantino (otro invento pagano del que hablaremos otro día) para defenderlo.
Pero lo cierto es que Constantino, entre muchas otras cosas, ayudó a consolidar el uso del calendario romano en todo el imperio, y con él llevó sus dioses, que aún hoy están en nuestro día a día, LITERALMENTE. Sin embargo, este calendario no fue aceptado por el pueblo judío simple y sencillamente porque NO TIENE NADA QUE VER CON EL CALENDARIO DE YAHWEH. Eso no impidió que los judíos se apartaran del VERDADERO CALENDARIO DE YAHWEH E INVENTARAN UNO PROPIO, pero eso también lo veremos en otro post.
Calendario Gregoriano
En la era cristiana, con el papa Bonifacio IV en 607, el origen de la escala pasó a ser el nacimiento de Cristo. Un monje rumano, Dionisio el Exiguo, matemático, basándose en la Biblia y otras fuentes históricas, entre los años 526 y 530, había fechado el nacimiento de Cristo el día 25 de diciembre del año 753 a.u.c. (ab urbe condita). Dicho año pasó a ser el año 1 A.D., Anno Domini, año 1 del Señor, pero los años anteriores a este seguían siendo años a.u.c. Finalmente en el siglo XVII se nombran los años anteriores al 1 A.D. como años antes de Cristo, aC, y los posteriores son años después de Cristo, dC.
Cuando empieza la cuenta de la era cristiana, no existía el concepto matemático de cero y los años se contaban ordinalmente (esto es: primer año, segundo, etc.). El origen del calendario gregoriano, es pues el 1 de enero del primer año (año 1 d.C.), que da comienzo a la primera década, el primer siglo (s. I) y el primer milenio. El año anterior fue el primero antes de Cristo (año 1 a.C.). No hay año 0. Establecido así el origen del calendario, el primer milenio (primeros 1000 años) transcurrió entre el 1 de enero del año 1 hasta el 31 de diciembre del año 1000. De la misma forma, el primer siglo transcurrió entre el 1 de enero del año 1 hasta el 31 de diciembre del año 100.
La reforma gregoriana nace de la necesidad de llevar a la práctica uno de los acuerdos del Concilio de Trento: ajustar el calendario para eliminar el desfase producido desde el primer Concilio de Nicea, celebrado en 325,3 en el que se había fijado el momento astral en que debía celebrarse la Pascua y, en relación con esta, las demás fiestas religiosas móviles. Lo que importaba, pues, era la regularidad del calendario litúrgico, para lo cual era preciso introducir determinadas correcciones en el civil. En el fondo, se trataba de adecuar el calendario civil al año trópico.
En el Concilio de Nicea se determinó que la Pascua debía conmemorarse el domingo siguiente al plenilunio posterior al equinoccio de primavera en el hemisferio norte (equinoccio de otoño en el hemisferio sur), ALGO COMPLETAMENTE FUERA DE TODO LO ORDENADO POR YAHWEH EN LAS ESCRITURAS. Aquel año 325 el equinoccio había ocurrido el día 21 de marzo,4 pero con el paso del tiempo la fecha del acontecimiento se había ido adelantando hasta el punto de que en 1582, el desfase era ya de 10 días, y el equinoccio se fechó el 11 de marzo.