Indice de contenidos
- 1 Tus pensamientos afectan tus sentidos y tu voluntad.
- 2 También existen: cristianos falsificadores.
- 3 Iglesia falsa “Iglesia de Satanás”
- 4 Yahshua no utilizó su poder para derrotar a Satanás. Usó la misma arma que nosotros tenemos disponible hoy en día: La Palabra de Dios.
- 5 ¡Pero El Ruach Ha Kodesh (Espíritu Santo) no puede recordar algo que no hemos aprendido!
- 6 Haz un inventario:
A continuación veremos las formas que utiliza Satanás para engañarte.
- El Objetivo de Satanás: Tu Mente
Cuando Satanás quiso conducir al primer hombre y a la primera mujer al pecado, comenzó atacando la mente de la mujer. Esto queda claro en 2ª Corintios 11:3.
Pero temo que como la serpiente con su astucia engañó, vuestros sentidos sean de alguna manera extraviada de la sincera fidelidad Cristo.
¿Por qué le interesa a Satanás atacar tu mente? Porque la mente que tienes es la parte de la imagen de Dios mediante la cual El se comunica contigo, revelándote su voluntad.
Es lamentable que algunos cristianos hayan restado importancia al papel de la mente, porque la Biblia destaca su importancia.
Leer: Colosenses 3:9-10; Efesios 4:17-24; Romanos 12:2
Dios renueva nuestra vida mediante la renovación de nuestra mente, que a su vez se renueva mediante la verdad. Esa verdad es la Palabra de Dios.
Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad. (Juan 17:17)
Si Satanás consigue que tú creas una mentira, podrá comenzar a trabajar en tu vida para conducirte al pecado.
Es por eso por lo que ataca a la mente, y por eso debemos proteger nuestra mente de los ataques del maligno.
Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo que justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad. (Filipenses 4:8)
Tus pensamientos afectan tus sentidos y tu voluntad.
El medico te dice “tú eres lo que comes”, La Biblia dice. “Tu eres lo que piensas”
Porque cuál es su pensamiento en su corazón, tal es él. (Proverbios 23:7)
Satanás buscará tu mente, porque tu mente afecta todo tu ser. Si Satanás captura tu mente, el podrá trabajar en tu vida.
Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti ha confiado. Isaías 26:3
- El Arma de Satanás: Las Mentiras
Satanás se acercó a Eva como la serpiente, el sutil engañador.
…la serpiente antigua, que se llama diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero. (Apocalipsis 12:9)
Es importante notar los pasos que Satanás siguió para convencer a Eva de que creyera su mentira.
Cuestionó la Palabra de Dios. “Así que Dios os ha dicho…” No negó que Dios les había hablado; se limitó a cuestionar si Dios había dicho realmente lo que Eva pensaba que había dicho. La sugerencia de Satanás era: “A lo mejor habéis malentendido lo que ha dicho Dios. Tienes derecho a volver a pensar en lo que dijo.”
Vale la pena darse cuenta de que mediante esta sugerencia, Satanás está también poniendo en tela de juicio la bondad de Dios. “Si Dios te amara de verdad, no te privaría de nada”. Esta fue la misma técnica que intentó con El Mashiaj cuando estaba en el desierto: “Si eres el Hijo amado de Dios, ¿cómo es que tienes tanta hambre?”
Negó la Palabra de Dios. “¡No moriréis!” Hay un solo pequeño paso entre cuestionar la Palabra de Dios y negarla. Por supuesto, ni Adán ni Eva sabían por experiencia lo que era la muerte. Lo único a que podían aferrarse era la Palabra de Dios, pero eso era todo lo que necesitaban. Si Eva no hubiera escuchado a Satanás cuestionando la Palabra de Dios, jamás habría caído en la trampa, cuando éste dio el siguiente paso: negarla.
Proporcionó una mentira sustituta. “¡Seréis como Dios!” Adán y Eva había sido creados a imagen de Dios, pero Satanás les tentó con un privilegio aún mayor: ¡ser iguales a Dios! Esta fue, por supuesto, la gran ambición de Satanás cuando aún era Lucifer, el siervo angélico de Dios. Ezequiel 28:12-17.
Satanás es un ser creado, una criatura, pero quería ser adorado y servido como el Creador.
Fue esa actitud la que le llevó a rebelarse contra Dios e intentar establecer su propio reino, su manera de gobernar “Seréis como Dios” es la mentira gigantesca que ha controlado a la humanidad desde la caída del hombre.
“… ya que cambiaron la verdad de Dios por la mentira, honrado y dando culto a las criaturas antes que al Creador, el cual es bendito por los siglos. Amén.” Romanos 1:25
Satanás anhela adoración y servicio, ¡y Yahshua ha Mashiyah (Jesucristo) no le iba a conceder una cosa ni la otra!
Otra vez le llevó el diablo a un monte muy alto, y le mostró todos los reinos del mundo y la gloria de ellos, y le dijo: Todo esto te daré, si postrado me adorares. Entonces Jesús le dijo: Vete, Satanás, porque escrito esta: Al Señor tu Dios adorarás, y a él solo servirás” (Mateo 4:8-10)
La mentira de Satanás: “seréis como Dios”, motiva y controla buena parte de nuestra civilización actual. El hombre está intentando elevarse, aunque sea tirándose de los cordones de los zapatos. Intenta construir una utopía en este mundo trasladándola quizá al espacio exterior.
Por medio de la educación la psicología, las religiones de uno u otro tipo (la mayoría de las cuales ignoran a Yahshua (Jesucristo), el pecado y la salvación), por medio de un mejor entorno natural, el hombre desafía a Dios y así mismo. Está siguiéndole el juego a Satanás.
¿Cómo respondió Eva a la sugerencia de Satanás? Lo hizo cometiendo tres errores que llevaron a pecar.
1) Se apartó de la Palabra de Dios.
En el versículo 2, Eva omitió la expresión “de todo”. Lo que Dios había dicho, en Génesis 2:16 fue: “De todo árbol del huerto podrás comer”.
Parece ser que Eva le iba atrayendo la sugerencia de Satanás, la que decía que Dios les estaba negando ciertas cosas. Cuando comenzamos a cuestionar u olvidar la gracia de Dios. Y su bondad, nos resultará mucho más sencillo desobedecer su voluntad.
2) Añadió algo a la Palabra de Dios.
En el mandamiento original de Dios no encontramos la expresión “ni le tocaréis”. Eva no sólo redujo la gracia contenida en las palabras de Dios, omitiendo el “de todo”, sino que convirtió el mandamiento en algo más insoportable añadiéndole el “ni le tocaréis”.
“Y sus mandamientos no son gravosos” (1ª Jn. 5:3). Satanás quiere convencernos de que lo son, y que él tienen algo mejor que ofrecernos.
3) Cambió la Palabra de Dios.
Dios no había dicho: “para que no muráis”, Dijo: “porque el día que de él comieres, ciertamente morirás” (Gn. 2:17). El castigo por la desobediencia, tal y como lo presentó el enemigo, no parecía tan severo; por consiguiente, Eva podía considerar la posibilidad de desobedecer a la voluntad de Dios, obedeciendo a la de Satanás.
Una vez que hemos tratado de este modo a la Palabra de Dios estamos abiertos de par en par para que el enemigo llevo a cabo su última jugarreta. Se limitó permitir a que Eva pensara en aquel árbol aparte de la Palabra de Dios. “¡Échale un buen vistazo! ¡Aprécialo como es realmente!” Era “bueno para comer… codiciable para alcanzar la sabiduría” (Gn. 3:6). Eva tenía que tomar una decisión: ¿la Palabra de Dios o la palabra de Satanás? Rechazó la Palabra divina, creyó a Satanás y pecó.
Usted y yo hemos estado padeciendo toda la vida las consecuencias de ese pecado, igual que el resto de la raza humana.
Dios cumple sus propósitos para este mundo por medio de la verdad, y Satanás los suyos por medio de las mentiras.
Cuando el hijo de Dios cree la verdad divina, el Espíritu de Dios puede obrar con poder; porque el Espíritu Santo es “el Espíritu de verdad” (Jn. 16:13). Pero cuando una persona se cree una mentira, Satanás comienza a trabajar en esa vida, “porque es mentiroso y padre de mentira” (Jn. 8:44).
La fe en la verdad divina conduce a la victoria, la fe puesta en las mentiras de Satanás nos lleva a la derrota.
Sin embargo Satanás nunca dirá a nadie: “¡Esto es mentira!” Él es la serpiente, el engañador, y siempre disfraza sus mentiras como si fueran verdades de Dios.
Porque estos son falsos apóstoles, obreros fraudulentos, que se disfrazan como apóstoles de Cristo. Y no es maravilla, porque el mismo Satanás se disfraza como ángel de luz. (2ª Cor, 11:13-14)
Satanás no se acercó a Eva manifestando su verdadera naturaleza, sino que se disfrazó usando a la serpiente. Satanás es un falsificador, un imitador.
También existen: cristianos falsificadores.
“en caminos muchas veces; en peligros de ríos, peligros de ladrones, peligros de los de mi nación, peligros de los gentiles, peligros en la ciudad, peligros en el desierto, peligros en el mar, peligros entre falsos hermanos” (2ª Corintios 11:26)
“El campo es el mundo; la buena semilla son los hijos del reino, y la cizaña son los hijos del malo.” (Mateo 11:38)
“Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer. El ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso, y padre de mentira.” (Juan 8:44)
Imitaciones del evangelio
“Más si aún nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema.” (Gálatas 1:8)
Falsos ministros del evangelio
Y no es maravilla, porque el mismo Satanás se disfraza como ángel de luz. Así que, no es extraño si también sus ministros se disfrazan como ministros de justicia; cuyo fin será conforme a sus obras. (2ª Corintios 11:14-15)
Iglesia falsa “Iglesia de Satanás”
Yo conozco tus obras, y tu tribulación, y tu pobreza (pero tú eres rico), y la blasfemia de los que se dicen ser judíos, y no lo son, sino sinagoga de Satanás. (Apocalipsis 2:9)
Doctrinas falsificadas (1ª Timoteo 4:1)
“Te encarezco delante de Dios y del Señor Jesucristo, que juzgará a los vivos y a los muertos en su manifestación y en su reino,” (2ª Timoteo 4:1)
El objetivo de Satanás es su mente, y su arma son las mentiras ¿Cuál es su propósito?
- El Propósito de Satanás: que tú ignores la voluntad de Dios.
Satanás ataca la Palabra de Dios porque ésta manifiesta la voluntad divina.
Lámpara es mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino. (Salmo 119:105)
El hacer tu voluntad, Dios mío, me ha agradado, y tu ley está en medio de mi corazón. (Salmo 40:8)
Alejados de la Palabra de Dios, no podemos comprender bien su voluntad. Y la voluntad divina es la expresión de su amor hacia nosotros.
El consejo de Yahweh permanecerá para siempre; los pensamientos de sus corazón por todas las generaciones. (Salmo 33:11)
La voluntad de Dios nace de su propio corazón. No se trata de algo impersonal, sino de algo que para El es muy personal. El tiene una comprensión personal de cada uno de sus hijos e hijas, de su naturaleza, sus nombres, sus actos, en función de la cual obra sus planes en ellos.
Dios desea que conozcamos su voluntad. (Hechos 22:14)
Dios desea que comprendamos su voluntad. (Efesios 5:17)
Dios quiere que esa comprensión de su voluntad nos llene y nos dirija, (Colosenses 1:9)
El resultado de todo esto es que los creyentes viven de corazón haciendo la voluntad de Dios (Efesios 6:6)
La voluntad de Dios no es una obligación, sino una delicia. El creyente se goza en descubrir la voluntad de Dios, obedeciéndola luego de todo corazón, la voluntad de Dios es lo que nutre.
Mi comida es que haga la voluntad del que me envió, y que acabe su obra. (Juan 4:34)
Tú y yo debemos orar (como hizo Epafras) para que estemos: Firmes, perfectos y completos en todo lo que Dios quiere (Colosenses 4:12)
Si Satanás consigue que tú no conozcas la voluntad de Yahweh, te arrebatará todas las gloriosas bendiciones que Dios ha preparado para tu vida. Tomarás decisiones equivocadas, te verás inmerso en actividades pecaminosas, y llevarás un tipo de vida erróneo. Y, por triste que sea decirlo, ¡influirás a otros para que también practiquen lo malo!
Los creyentes ignorantes de la voluntad de Dios se perderán de disfrutar la paz y el poder de Dios. No crecerán a su máxima potencialidad, ni podrán conseguir lo que Dios ha planeado para ellos.
En lugar de viajar en primera clase, acabarán en segunda o en tercera, quejándose durante todo el viaje. Viven como mendigos, porque se han aislado de la gran riqueza de Dios. Y ven pasar sus vidas (peor aún, ¡la malgastan!) en lugar de invertirlas.
Pero el que hace la voluntad de Dios permanecerá para siempre (1ª Juan 2:17)
- Tu defensa: La Palabra inspirada de Dios
Solo la Palabra inspirada de Dios puede revelar y derrotar las mentiras del diablo. Nosotros no podemos razonar con Satanás, ni (como Eva descubrió) conversar con él sin que nos influya. La sabiduría del hombre no es rival para la astucia de Satanás. Nuestra única defensa es la Palabra inspirada de Dios.
Fue esta arma la que empleó nuestro Mashiyah cuando fue tentado por Satanás en el desierto.
1 Entonces Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto, para ser tentado por el diablo. 2 Y después de haber ayunado cuarenta días y cuarenta noches, tuvo hambre. 3 Y vino a él el tentador, y le dijo: Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en pan. 4 El respondió y dijo: Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios. 5 Entonces el diablo le llevó a la santa ciudad, y le puso sobre el pináculo del templo, 6 y le dijo: Si eres Hijo de Dios, échate abajo; porque escrito está: A sus ángeles mandará acerca de ti, y, En sus manos te sostendrán, Para que no tropieces con tu pie en piedra. 7 Jesús le dijo: Escrito está también: No tentarás al Señor tu Dios. 8 Otra vez le llevó el diablo a un monte muy alto, y le mostró todos los reinos del mundo y la gloria de ellos, 9 y le dijo: Todo esto te daré, si postrado me adorares. 10 Entonces Jesús le dijo: Vete, Satanás, porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a él sólo servirás. 11 El diablo entonces le dejó; y he aquí vinieron ángeles y le servían. (Mateo 4:1-11)
Yahshua no utilizó su poder para derrotar a Satanás. Usó la misma arma que nosotros tenemos disponible hoy en día: La Palabra de Dios.
Si tú y yo pretendemos derrotar las mentiras de Satanás, debemos depender de la Palabra divina, este hecho nos hace asumir ciertas responsabilidades.
1) Debemos conocer la Palabra de Dios.
No existe ningún motivo por el que el creyente deba ignorar el contenido de su Biblia. Hoy día la Palabra de Dios está disponible para todos. Tenemos, el Ruach Ha Kodesh (Espíritu de Santidad) que nos enseña las verdades de la Palabra (Juan 16:13-15)
Esto significa que debemos dedicar tiempo para estudiar, leer y profundizar en la Biblia.
Nadie podría dominar al cien por ciento la Palabra de Dios a pesar de dedicarle toda una vida de estudio, pero deberíamos a prender todo lo que podamos. Debemos buscar voluntariamente tiempo para ello.
Del mismo modo que un mecánico estudia los manuales, o el cirujano sus textos de medicina, el seguidor del Mashiaj debe estudiar la Palabra de Dios. El estudio bíblico no es un lujo, sino una necesidad.
Disponemos de una cantidad enorme de recursos para estudiar la Biblia:
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2) Debemos memorizar la Palabra de Dios.
Nuestro Señor cuando estuvo en el desierto, ¡no tenía a mano una concordancia! Pero recordó los libros de Moisés, seleccionó Deuteronomio y citó tres versículos de ese libro para hacer callar a Satanás.
En mi corazón he guardado tus dichos para no pecar contra ti. (Salmo 119:11)
La ley de su Dios está en su corazón; por tanto, sus pies no resbalarán. (Salmo 37:31)
El hacer tu voluntad, Dios mío, me ha agradado, y tu ley está en medio de mi corazón. (Salmo 40:8)
Si no tienes un programa sistemático para memorizar la Biblia, ¡comienza a hacerlo ya!
3) Debemos meditar en la Palabra de Dios.
La meditación es para el hombre interior lo que la digestión para el exterior. Si tú no fueras capaz de digerir tus alimentos, enfermarías y morirías.
Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien. (Josué 1:8)
Sino que en la ley de Jehová está su delicia, y en su ley medita de día y de noche. (Salmo 1:2)
¿Realmente te deleitas en la Palabra de Dios, o la lees solo por obligación? ¿Pasas tiempo leyéndola? Reflexiona en los siguientes versículos:
¿Cuán dulces son a mi paladar tus palabras! Más que la miel en a mi boca (Salmo 119:103)
Me anticipé al alba, y clamé, esperé en tu palabra. Se anticiparon mis ojos a las vigilias de la noche, para meditar en tus mandatos. (Salmo 119:114)
Mejor me es la ley de tu boca que millares de oro y plata (Salmo 119:72)
Por eso he amado tus mandamientos más que el oro, y más que oro muy puro. (Salmo 119:127)
¡Aquí tenemos a un santo que prefería tener la Palabra de Dios antes que comida, sueño o dinero! Temprano por la mañana, y por la noche, meditaba en la Palabra y enriquecía su alma. Este tipo de creyente es el que es capaz de usar la Palabra de Dios para derrotar a Satanás y a sus mentiras.
4) Debemos usar la Palabra de Dios.
La mente del creyente debería ser como una “computadora espiritual”. Debería estar tan saturada de las Escrituras que, cada vez que se enfrentara a una tentación, recordara automáticamente la porción de la Biblia que trata sobre este tema. El ministerio del Espíritu Santo es traer a nuestra mente la Palabra cuando lo necesitamos.
Más el Consolador, El Ruach ha Kodesh (El Espíritu Santo), a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho. (Juan 14:26)
¡Pero El Ruach Ha Kodesh (Espíritu Santo) no puede recordar algo que no hemos aprendido!
Debemos permitirle que, antes que nada, nos enseñe la Palabra. Debemos memorizar la Escrituras que Él nos abra.
Entonces el Espíritu de Dios podrá recordarnos lo que hemos aprendido., usando esas verdades para derrotar a Satanás. Por favor, recuerda que ¡Satanás conoce la Biblia mejor que nosotros! ¡Y que es capaz de citarla!
El Espíritu de Dios te ayudará a utilizar la Palabra en la lucha contra el diablo. El Espíritu te mostrará cuando Satanás esta “usando” la Biblia para promocionar sus propias mentiras, como hizo con Jesús en el desierto. Satanás citó el Salmo 91:11,12, pero adaptándolo a su propias intenciones, omitiendo el “en todos tus caminos”.
Dios promete protegernos cuando estemos en sus caminos. Si nosotros, por pura tontería, nos apartamos de ellos, Dios no está obligado a cuidar de nosotros. Esto explica por qué Yahshua (Jesús) respondió: “También está escrito…” (Mat. 4:7)
Yahshua (Jesús) comparaba un pasaje de las Escrituras con otro. Tomaba en consideración el mensaje global de la Biblia, y no se ceñía (como hacia Satanás) a un `pasaje determinado. A Satanás le encanta sacar versículos fuera de su contexto y usarlos para “corroborar” sus falsas pretensiones. Usted y yo debemos tener una visión global de las Escrituras, si queremos detectar las mentiras de Satanás y superarlas.
También es importante que contemplemos el mundo que nos rodea usando “los ojos” de la Biblia. Debemos poder decir:
Porque por fe andamos, no por vista (2ª Cor. 5:7)
Es posible que la propuesta de un negocio “parezca buena” a la mente natural, pero si no se basa en las verdades de la Palabra de Dios, fracasará.
El matrimonio “puede estar bien” desde el punto de vista humano, pero si contradice a la Palabra de Dios, es incorrecto.
Haz un inventario:
1) ¿Dedico un tiempo cada día a leer la Palabra de Dios y meditar en ella?
2) ¿Intento memorizar las Escrituras de una forma sistemática?
3) ¿Pienso automáticamente en algún pasaje bíblico cuando me siento tentado o cuando debo tomar alguna decisión, o cuando debo telefonear a mis amigos cristianos par a obtener una guía celestial?
4) ¿Creo que soy más capaz que antes de detectar las mentiras de Satanás?
5) Ahora que soy creyente ¿sigue habiendo mentira en mi mente?
6) ¿Conozco la voluntad de Dios para mi vida? ¿De verdad deseo conocerla?
7) ¿Me deleito en la ley de Dios y la practico de corazón?
8) ¿Soy culpable de mentir? ¿Por qué lo hago?
9) ¿Estoy dispuesto a aceptar como verdad todo lo que dice la Palabra de Dios sobre mi vida? ¿O pregunto de vez en cuando ”¿De verdad ha dicho Dios eso?” ¿Discuto su Palabra?
10) La Palabra de Dios, ¿me resulta cada día más maravillosa? ¿La disfruto más que los placeres naturales de la vida, incluyendo la comida y el sueño?