Indice de contenidos
- 1 ¿Quiénes pueden participar de la Cena del Señor?
- 2 ¿Con que frecuencia debe celebrarse la Cena del Señor?
- 3 No hay en las Escrituras una frecuencia establecida por mandato.
- 4 Apéndice. Con nota aclaratoria sobre si se debe celebrar la cena del Señor anualmente el dia de los azimos el 14 de Aviv o Nisan Pesach Judia. Exodo 12:8
- 5 El Tipo de Pan Utilizado Durante la Cena
En este artículo se contestaran preguntas importantes, algunas de ellas son:
- ¿Qué significado tiene la “Cena del Señor”?
- ¿Cómo hay que celebrarla? ¿Quiénes comen del pan y beben del vino?
- ¿Cuándo hay que celebrarla?
En el registro de los Evangelios encontramos que antes de que el Jesús ofreciera su preciosa vida perfecta en sacrificio por sus discípulos y por la entera humanidad para redimirlos del pecado y la muerte, celebró con sus discípulos lo que sería para ellos la última Pesach/Pascua. (Mateo 26:17-29 Marcos 14:12-26 y Lucas 22:7-20).
Las Escrituras relatan que en esa ocasión, mientras comían, el Señor tomó pan, y habiendo dado gracias, lo partió y les dio, diciendo: “Tomad, esto es mi cuerpo, que por vosotros es dado”. Luego tomó la copa, dio gracias, y les dio diciendo: “Bebed de ella todos; porque esto es mi sangre del Nuevo pacto que por muchos es derramada, para remisión de los pecados”.
Así, de un modo sencillo, Cristo Jesús introduce la Cena del Señor, que luego, en la vigencia efectiva del Nuevo Pacto, sería observada por sus discípulos. El apóstol Pablo, en el capítulo 11 de 1ª a los Corintios, reitera esta enseñanza, recibida del Señor mismo, ampliando particularmente los aspectos referidos al orden que debe guardarse y a los requisitos de los participantes.
Podemos distinguir que este mandato fue impartido por el Señor Jesucristo con doble propósito:
1) Que los creyentes en Mashiyah/Cristo, celebrando la Cena del Señor, hagamos memoria de Él.
2) Que la Cena del Señor sirva simultáneamente como anuncio -o testimonio- de la muerte del Señor.
Notemos que la Escritura identifica esta conmemoración precisamente como la Cena del Señor (1ª Corintios 11:20), y por lo tanto creemos que es el mejor modo de referirnos a ella. A veces se utilizan otros apelativos, como:
“Eucaristía” (del griego=acción de gracias), “Reunión de Comunión” o “Reunión de Adoración”, pero esto podría acentuar los errores de quienes malinterpretan su propósito.
Ni la Cena del Señor, ni los elementos que utilizamos en ella son “Sacramentos”, en el sentido popular de la palabra, es decir, no son medios por los cuales recibiremos gracia.
La sola participación en la Cena del Señor no “genera” automáticamente comunión, ni gratitud, ni adoración. Es cierto que cuando hacemos “memoria” del Señor, somos estimulados a la gratitud y a la adoración, pero de ninguna manera es el resultado de virtudes intrínsecas de los elementos utilizados, ni siquiera de la reunión en sí.
Por otra parte, algunos “cristianos” adoptan la designación de “Santa Cena”, y probablemente ello también podría inducir a errores, pues se pone el énfasis en las posibles virtudes de la Cena y no en el Señor de la Cena.
No obstante, es del caso considerar que la Escritura consigna en algunas oportunidades que los primitivos seguidores de Jesucristo se reunían simplemente “para partir el pan” sin usar apelativo alguno. (Ej. Hechos 2:42 y. 20:7-11.
En qué consiste la Cena del Señor: En el aspecto práctico, simplemente se trata de un encuentro de creyentes en Cristo que participan del pan y de la copa específicamente para hacer memoria del Señor.
Hemos examinado que el Señor Jesús tomó pan, dio gracias y lo repartió. Cuando expresó “esto es mi cuerpo” no se refería literalmente a su cuerpo físico, pues el Señor estaba corporalmente presente allí. El significado verdadero es que el pan, en el momento de la observancia de la Cena del Señor -y no en cualquier otro tiempo- simboliza el cuerpo del Señor entregado a la muerte en la cruz por todos nosotros.
Luego el Señor tomó la copa, una vez más oró dando gracias, y a continuación bebieron todos de ella. El Señor, en relación con la copa, dijo:
“esto es mi sangre del Nuevo Pacto…” Pero es obvio que no les ofreció su propia sangre para beber, sino que hablaba de un modo figurado.
Notemos que no dijo: -esta es mi sangre-. La interpretación correcta es que la copa, conteniendo vino, simboliza la sangre del Señor derramada por nosotros.
La expresión “del nuevo pacto” da a entender que no se trataba de seguir celebrando la Pesach/Pascua, que pertenece al pacto antiguo de Dios con Israel. La Cena del Señor no es una continuación de la Fiesta de la Pesach/Pascua, sino que es algo distinto asociado con el Nuevo Pacto, basado éste en la sangre preciosa de Cristo, y por cuya virtud tenemos el perdón de los pecados y gozamos de una relación eterna con Dios.
Podemos suponer que el pan y la copa fueron tomados de los elementos que se usaban en la fiesta de la Pascua. Pero el Señor al utilizarlos en la Cena les asignó el carácter de símbolos, que nada tienen que ver con la antigua fiesta.
Es significativo que en el pasaje de 1ª Corintios 11:23, donde Pablo transcribe las instrucciones que había recibido del Señor, se haga referencia a los elementos sólo como el pan y la copa, sin entrar en otros detalles, como el modo de hacer el pan o el tipo de vino a utilizar. Si esto fuese importante, no se habría omitido la enseñanza específica. Lo mencionamos, porque algunos “cristianos” sostienen que el pan para la Cena del Señor debe ser elaborado sin levadura. Pero recordemos que no celebramos más la Pascua. La Escritura no requiere que el pan sea sin levadura, aunque sí demanda que los creyentes nos presentemos, no con la vieja levadura, ni con la levadura de “malicia y maldad” sino con panes sin levadura, “de sinceridad y de verdad.” (1ª Corintios 5:7-8). Vemos entonces que este aspecto se circunscribe concretamente a nuestro estado interior y no al pan que partimos.
La expresión: “para que seáis nueva masa” se refiere a nosotros, pero consideremos especialmente que mediante el pan no hacemos memoria de nosotros mismos sino del Señor Jesucristo.
En síntesis, que el pan tenga o no levadura, carece totalmente de importancia a la hora de hacer memoria del Señor. La levadura puede ser figura del pecado cuando se trata de nosotros, que éramos pecadores, pero tratándose de la memoria del Señor, en quien nunca hubo pecado, no es figura de nada, dado que ninguna cosa puede ser emblema de lo que no existe.
En cuanto al contenido de la copa, por las Escrituras sabemos que se trataba de vino. Sin embargo, hay “cristianos” que cuestionan este componente, afirmando que en realidad se trataba de jugo de uva y no de vino.
Quienes creen que el Jesucristo utilizó jugo de uva, alegan que él hizo mención del “fruto de la vid” como contenido de la copa. Sin embargo, esa referencia no es argumento suficiente para demostrar que no se trataba de vino, ya que el vino -genuino- no es otra cosa que fruto de la vid.
No obstante en función de la enseñanza que Jesús quería establecer, no fue casual que se refiriera al “fruto de la vid”. Aquí encontramos un aspecto sugerente. El énfasis al participar de la copa en la Cena no está puesto primariamente en el vino, -aunque tiene su importancia como símbolo-sino en la vid que lo produjo. Los discípulos estaban familiarizados con una enseñanza anterior de Jesús: “Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador.” (Juan 15:1) y esa verdad está íntimamente relacionada con el hecho de la cruz. Sin vid no hay vino. Sin la muerte del Señor en la cruz no habría habido sangre suya derramada para el perdón de nuestros pecados. La copa, conteniendo vino, simboliza su sangre, pero no hacemos memoria de su sangre, sino del Señor mismo, que la derramó. Entonces, para que lo tuvieran presente a la hora de celebrar la Cena, Jesucristo enfatiza el hecho de que el vino no es algo independiente de la vid, porque es el fruto de la vid.
Ese aspecto fue olvidado por algunos hermanos en la iglesia de Corinto cuando pretendían celebrar la Cena del Señor (1ª Corintios 11:17-21), y aunque tenían los elementos adecuados, no lo hicieron del modo adecuado. En lugar de hacer memoria del Señor se habían dedicado a comer y a beber hasta embriagarse, mientras que otros pasaban hambre. Pablo les reprende diciéndoles:
“esto no es comer la Cena del Señor”
El orden en la Cena del Señor: En 1ª Corintios 11: 21 leemos que en la iglesia de Corinto algunos hermanos habían transformado una pretendida Cena del Señor, en una cena propia, sin siquiera compartirla comunitariamente. Cada uno comía por sí mismo ignorando a los demás, de manera que algunos hermanos se quedaban con hambre y otros se embriagaban. El apóstol Pablo los reprendió enérgicamente. No debían reunirse para eso. Si pretendían comer así, podían quedarse en sus casas, porque lo que estaban haciendo no era comer la Cena del Señor, y, obviamente, no estaban haciendo memoria de Él.
Pero la enseñanza que necesitaba la iglesia en Corinto para no cometer semejantes errores, ha quedado también registrada para nosotros en la Palabra inspirada, por lo cual procederemos a analizarla: En primer lugar, Pablo se refiere al momento en que los creyentes bautizados se reunían como iglesia. Recordemos que todos los creyentes bautizados en el Señor Jesucristo componen Su iglesia. Son los “santificados en Cristo Jesús, llamados a ser santos con todos los que en cualquier lugar, invocan el Nombre de nuestro Señor Jesucristo, Señor de ellos y nuestro.” (1ª Cor. 1:2). Observamos que el término “iglesia” está relacionado con personas y nunca con edificios. Ahora bien, los creyentes podían reunirse en cualquier lugar, pero no siempre se reunían “como iglesia” aunque estuviesen todos juntos.
El caso es que cuando no se reunían específicamente para actividades con fines espirituales, no podían considerarse reunidos como iglesia. Era posible que todos participaran de un ágape comunitario, tal como lo hacemos hoy en día, por ejemplo con motivo de una fiesta o cualquier otro aniversario, etc., pero tal cosa no era una reunión “como iglesia”.
Cuando participaban en la Cena del Señor sí se reunían como iglesia o asamblea . Se trataba de una actividad de carácter espiritual, realizada comunitariamente. (No de una cena personal). Siendo también una expresión de comunión fraternal, en mí Nombre, El Nombre de nuestro Señor Jesucristo.
Consideremos seguidamente cómo se realiza la Cena del Señor. No pueden establecerse otras precisiones más allá de lo que está escrito, pero el aspecto principal es que todos los hermanos participantes, comen del pan y beben de la copa, en memoria del Señor. En Mateo 26:30 y en Marcos 14:26 se hace alusión a que después de participar de los símbolos, el Señor y los discípulos cantaron un himno. No sabemos cuál era ese himno. Pudo haber sido un salmo, pero la Escritura guarda silencio sobre ello, acaso para evitar que los creyentes lo adoptaran como cántico ritual.
Es importante considerar que el pan es sólo un símbolo del cuerpo del Señor y la copa sólo un símbolo de su sangre. Cuando comemos el pan, sigue siendo pan. Cuando tomamos de la copa, el contenido sigue siendo vino, si ninguna propiedad agregada. No se produce ninguna transubstanciación (conversión total de una sustancia en otra). Según los católicos romanos, el pan se convierte en el cuerpo de Cristo, y el vino en su sangre. Pero esa doctrina es totalmente errónea.
Tampoco se produce la consubstanciación (algo que es de la misma esencia y naturaleza con otro) Esa enseñanza, de los luteranos y otros, supone la presencia de Cristo en el pan y en el vino, aunque sin convertir la sustancia. Al igual que la anterior, es una doctrina errónea, sin ningún sustento Escritural. Debemos reiterar que los símbolos no adquieren ninguna cualidad propia.
Sabemos que existe un gran contraste entre el Antiguo y el Nuevo Pacto: El antiguo, consistente en ordenanzas de culto, ofrendas, sacrificios, comidas, bebidas, diversas abluciones y ordenanzas acerca de la carne, impuestas hasta el tiempo de reformar las cosas. (Hebreos capitulo 9). En la vigencia del Antiguo Pacto el énfasis estaba puesto especialmente en los detalles exteriores. Había instrucciones escrupulosas que regulaban cada aspecto de la vida y del culto del pueblo de Dios, Israel. Todo debía ser cumplido al pie de la letra. En Hebreos 9:23, en relación con el Tabernáculo, su mobiliario y todos sus elementos, podemos leer que se trataba de figuras de las cosas celestiales.
En el Nuevo Pacto, es el Señor Jesucristo quien cumple todas las demandas. La escritura afirma que como Sumo Sacerdote, Él entró en el Lugar Santísimo, en el cielo mismo, para presentarse por nosotros ante Dios. Pero se presentó una vez para siempre, por el sacrificio de sí mismo, para quitar de en medio el pecado.
El apóstol Pablo escribió a los hebreos: Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de Jesucristo, por el camino nuevo que Él nos abrió a través del velo, esto es de su carne, y teniendo un gran sacerdote sobre la casa de Dios, acerquémonos… (Heb.10:19-22).
Si en el Antiguo Pacto el énfasis estaba puesto principalmente en el orden y condición de las cosas exteriores, en la vigencia del Nuevo Pacto el énfasis especial se pone en nuestras condiciones interiores ….acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, purificados los corazones de mala conciencia, y lavados los cuerpos con agua pura.”
Ahora entendemos por qué el Señor no se ocupó de establecer numerosos detalles externos en la Cena del Señor. Por ella no pensamos en cosas sino en una Persona. Si la copa debe ser de cristal, u otro material. Si la mesa debe tener una forma determinada, o si la Cena debe ser celebrada en un lugar especialmente dedicado o en una casa familiar. Esos y otros detalles, -importantes en el antiguo pacto- en la vigencia del Nuevo carecen de importancia. Ya no necesitamos figuras de cosas celestiales, pues tenemos libertad de entrar en el Lugar Santísimo mismo, por la sangre de Jesucristo.
Los símbolos son para hacer memoria del Señor, y para anunciar su muerte hasta que Él venga. Ante este privilegio, se nos pide más cuidado de nuestra condición interior, que de los aspectos exteriores antes mencionados.
¿Quiénes pueden participar de la Cena del Señor?
La primera condición es que quien participa sea un seguidor de Yahshua/ Jesucristo bautizado en su nombre es decir, alguien que ejerce fe y cree en el Señor Jesucristo para el perdón de sus pecados, alguien regenerado; en suma, alguien que ha experimentado un renacimiento espiritual. La segunda condición deseable, que no surge de un mandamiento específico, pero sí del ejemplo de lo que practicaban los primeros seguidores del Mashiyah, es que el creyente esté bautizado en su nombre.
Leemos en Hechos 2:41 que los que recibieron su palabra -es decir los que creyeron-, fueron bautizados… y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones.
Allí los creyentes fueron bautizados antes de participar de la Cena del Señor.
Creemos sencillamente que es un ejemplo digno de imitar.
Finalmente, el Señor requiere que nadie participe indignamente. (1ª Cor. 11:27-32)
No se trata de la calificación del creyente como indigno, sino más bien de su participación de manera indigna, esto es, perdiendo de vista el propósito de la Cena del Señor. La orden es ‘Pruébese cada uno a sí mismo… Así que después de haberlo hecho, y conscientes de que la sangre del Señor Jesucristo nos limpia de todo pecado, debemos obedecer la parte del mandato que sigue: “coma así del pan, y beba de la copa.” La participación no está restringida a ninguna “clase” particular de creyentes.
¿Con que frecuencia debe celebrarse la Cena del Señor?
Se ve pues, que en algunas ocasiones que se reunían “partían” el pan, con el solo objetivo de celebrar o recordar la muerte de Jesús, tal como da a entender Pablo a los Corintios, cuando increpa las divisiones que tenía esta iglesia. Pablo les dice: «Pero al anunciaros esto que os digo no os alabo; porque no os congregáis para lo mejor, sino para lo peor. Pues en primer lugar cuando os reunís como iglesia, oigo que hay entre vosotros divisiones; y en parte lo creo. Cuando, pues os reunís vosotros, esto no es comer la cena del Señor». (1Co 11:17-20; Val.)
El consejo que el apóstol Pablo dio a los Corintios es bien significativo. Primero, muestra que los Corintios se reunían con cierta regularidad, siguiendo el precedente de otras ciudades en las que se habían establecido los nazoreos o seguidores de Jesucristo, Hechos 24:5. El propio Pablo, en la casa de Ticio Justo, cuya casa estaba contigua a la sinagoga, (Hch 18:7) solía enseñar que Jesús era el Cristo, lo que llevó a muchos a hacerse creyentes.
Pablo estaba hablando de reuniones habituales, no de una reunión extraordinaria que se celebraba cada año; reuniones en las que tenían la costumbre de “partir” el pan, y en la que habían surgido ciertas divisiones. No parece creíble que desde el año 52 d.C. que Pablo dejó Corinto, (después de fundar dicha congregación y pasar año y medio con ellos) hasta cerca del 55 d.C. que escribió la primera carta, en solo dos o tres conmemoraciones que celebraron sin la dirección de Pablo, (en caso de que se hubiesen celebrado anualmente), se hubiera corrompido de tal modo la práctica de la misma, salvo que la Cena del Señor se celebrara de forma habitual y repetida varias veces .
No hay en las Escrituras una frecuencia establecida por mandato.
Simplemente leemos: “Así, pues, todas las veces que comiereis…” (1ª Corintios 11:26.a).
En Hechos 20:7 encontramos que algunos creyentes de Berea, Tesalónica, Derbe, etc. estuvieron algunos días en Troas acompañando al apóstol Pablo, y el primer día de la semana se reunieron para partir el pan. La iglesia en Jerusalén perseveraba, entre otras prácticas, en el partimiento del pan, por lo que entendemos que lo hacían con asiduidad, “posiblemente cada primer día de la semana”.
Justino mártir, que en el año 165 describió con detalle las costumbres de los “cristianos”, dice en el capítulo 67 de su Apología: “…y en el día llamado ‘del sol’ (el primer día de la semana, que luego se denominó ‘Día del Señor’ o ‘Domingo’) todos los que habitan en las ciudades o en los campos se reúnen en un mismo lugar, y se leen las cartas de los apóstoles o las escrituras de los Profetas mientras lo permite el tiempo. Luego, cuando el lector ha acabado, el que preside, exhorta e incita de palabra a la imitación de estas cosas excelsas.Seguidamente nos levantamos todos a una y elevamos nuestras preces, y éstas terminadas, como ya dijimos, se ofrece pan y vino y agua, y el presidente, según sus fuerzas, hace igualmente subir a Dios sus preces y acciones de gracias y todo el pueblo exclama diciendo “Amén”.
Aunque hay algunos elementos no esenciales y, posiblemente, fuera de lugar, para entonces se había establecido una celebración de la “cena del Señor” el día primero de la semana, el domingo.
En nuestros días nos acomodaríamos a los días libres de trabajo laboral, para que los diferentes grupos que se reúnen les sean más favorables.
Esta información debiera servir como pauta para las reuniones que hoy en día puedan celebrar los actuales discípulos de Jesús. Sería oportuno proceder en ellas como lo hacían los apóstoles y los primeros seguidores del Mashiyah, sin añadir demasiadas cosas. Desde nuestra libertad en Cristo, deberíamos considerar que la finalidad de las reuniones es la de exhortar a todos los hermanos que en ellas participan, al amor y a las obras buenas, recordándoles que al participar del pan y del vino, demostramos que somos un solo cuerpo unido por el amor, un solo rebaño con un solo pastor, Jesús, nuestro Señor.
Apéndice. Con nota aclaratoria sobre si se debe celebrar la cena del Señor anualmente el dia de los azimos el 14 de Aviv o Nisan Pesach Judia. Exodo 12:8
El capitulo 20 de Hechos de los Apóstoles, lo que si nos confirma, es que el 14 de Nisan ósea la Pesach/Judía, los seguidores del Mashiyah del primer siglo NO celebraban la Cena del Señor. En el versículo (3) se nos narra que para evitar un complot contra Pablo por parte de los judíos, El tomo la decisión de volver por Macedonia, en el versículo (4) describe a sus acompañantes, Sopatros, Aristarco, Segundo , Gayo,Timoteo,Tiquico y Trofino, el versículo (5) dice estos se adelantaron y nos esperaron en Tróade.
Interesante este detalle; si la Cena del Señor tuviera que celebrase anualmente de manera muy señalada como algunas organizaciones judeomesianicas y cristianas la celebran, difícilmente por no decir imposible se hubieran separado de Pablo y hubieran partido por delante hacia Tróade, lo mas natural, y conveniente hubiera sido estar todos reunidos para celebrar tal acontecimiento anual. Esto demuestra que la Cena del Señor no es un acontecimiento, Marcado con día y fecha específico, sino celebrada asiduamente durante el año.
El relato del versículo (6) señala como Pablo y otros creyentes acompañantes se quedaron con el, dice el texto << Nosotros, después de los días de los Azimos o sea La Pesach/Judía. (Shemoth Éxodo 12:1-20). (Devarim Deuteronomio16:1-8) .(Vayikran Leviticos23:5-8) nos embarcamos en Filipos y al cabo de cinco días nos unimos a ellos en Troade donde pasamos siete días >>. Este relato nos demuestra de forma clara y concisa, que si el 14 de nisan,o abib ,el primer DÍA de los Azimos, la Pesach/Judía, hubiera tenido alguna conexión como día, y fecha señalado para celebrar la Cena del Señor, sin ninguna duda, que Pablo y sus acompañantes Nazoreos, la hubieran celebrado y enlazado como fecha ante tal acontecimiento anual tan señalado. Lo que si es cierto, que días después en Troade si celebraron la cena del Señor, el primer día de la semana versículo (7 y 11) o sea, después de los Azimos. Si el día de los Azimos, La Pascua Judía versículo (6) hubieran celebrado La Cena del Señor como fecha señalada anualmente sustituyéndola como día por la Pascua Judía, NO hubieran tenido la necesidad de celébrala la Cena del Señor pocos días después en Troade,¿ Se le hubiera pasado por alto a Pablo y sus acompañantes tal celebración? Si un acontecimiento de tanta importancia como señalan algunas organizaciones religiosas que la celebran el 14 de nisan, tanto mesiánicas como algunas cristianas milenaristas, con señalados rasgos judaizantes, si fuera tan significativa y señalada la fecha, seguro que Pablo la hubiera celebrado tal día de los Ázimos. Pero como es el caso esta fecha paso inadvertida e ignorada para Pablo y sus acompañantes, dándole solo el significado que tiene para el Pueblo Judío, pero No para los seguidores del Mashiaj, esto nos hace pensar que aquellos que practican estas celebraciones, como también algunos preceptos de la Ley Mosaica, todavía están esclavizados y sujetos por algunas normas del pasado. Esto guarda un parentesco a lo que Pablo denuncia constantemente a través de sus escritos, a no estar sometidos a tradiciones, ni preceptos, de las Leyes Mosaicas, la amonestación clara que se registra en la carta a los Gálatas acerca de estar sujetos a estas normas viola los principios que El Mashiyah estableció. Gatas 4:8-11. Colosenses 2:16-18.
El estar sujeto a estas tradiciones judías (CURTICAS) con tanta copia del pasado, hace que estas organizaciones religiosas no son fieles seguidoras del Maestro Yahshua (Jesucristo) 2ª Corintios 3:4-17. Hebreos 8:6-13.
Por lo tanto si en Yahshua se cumple la Torah, y se renueva con un Nuevo Pacto solo nos queda una; no estar sujetos a ritos ni doctrinas que manipulan y distorsionan el verdadero sentido de las Escrituras y que no se sujetan a la voluntad de YAHWEH y de su hijo Melek Ha Mashiyah ( El Rey Mesias).
Porque todas aquellas organizaciones religiosas o personas que enseñan o practican otra cosa, es decir, lo que la Biblia no autoriza, o aprueba, no tienen a Cristo, ni han sido revestidos de Cristo Jesús, ni tampoco han sido bautizados en su nombre Gálatas 3:25-29.Romanos 6:1-5.
La 2º carta de Juan, manifiesta este sentir de manera determinante en el versículo (9) << todo el que se excede y no permanece en la doctrina de Cristo, no posee a Dios. El que permanece en la doctrina, ese si posee al Padre y al Hijo >>. Los herejes siempre se han sentido avanzados, tratando de rebasar los límites de las enseñanzas de Cristo y sus Apóstoles.
Todos debemos de apartarnos de doctrinas y ritos, añadidos he ingeniados por humanos, que nos desvíen de las buenas practicas y enseñanzas de Las Escrituras y aplicarnos el consejo del apóstol Pablo .<< Hay algunos que os están turbando y quieren deformar el Evangelio de Cristo – Pero aun cuando nosotros mismos o un ángel del cielo os anunciara un evangelio distinto del que os hemos anunciado,¡ sea maldito ¡ Como os tengo dicho, también ahora lo repito: Si alguno os anuncia un evangelio distinto del que habéis recibido, ¡ sea maldito ¡ Gálatas 1: 7-9 .>> << No seamos ya niños llevados a la deriva y zarandeados por cualquier viento de doctrina, a merced de la malicia humana y de la astucia que conduce al error, antes bien, con la sinceridad en el amor crezcamos en todo hasta aquel que es la cabeza Cristo.>> Efesios 4:14,1. S.LL.M.
El Tipo de Pan Utilizado Durante la Cena
Mientras se discute el tema de los elementos que pueden implicar una cena Pascual, es necesario considerar un detalle muy sutil. Si lo que Yahshúa/Jesucristo celebró con sus discípulos fue una cena pascual, entonces el tipo de pan utilizado durante la cena tuvo que haber sido pan ácimo, o pan sin levadura. Esto es un mandato de la Escritura en Shemot/Éxodo 12:15:
Siete días comerán panes inleudos; en el mismo primer día eliminarán la levadura de sus casas, porque cualquiera que coma pan leudado desde el primer día hasta el séptimo día, esa persona será cortada de Yisrael. (VIN)
El comer pan regular, o pan con levadura, durante la Fiesta de los Panes sin Levadura estaba prohibido.
La palabra hebrea utilizada para mencionar los panes sin levadura es מצה matsah. Cuando aparece en plural, el término מצות matsot es utilizado. Esto es cierto en el texto citado anteriormente, el cual utiliza el término matsot en la primera oración, de acuerdo con el texto hebreo del Códice de Leningrado:
Siete días comerán panes inleudos [matsot]…(VIN) שׁבעת ימים מצות תאכלו…
En contraste, cada vez que la Escritura se refiere al pan regular (pan leudado), el término לחם léjem es utilizado. Cuando aparece en plural, se utiliza el término לחמים lejemim. Por ejemplo, en el texto a continuación, tomado de Divré Hayamim Álef/1 Crónicas 9:32, la palabra traducida como pan es léjem en hebreo, de acuerdo al Códice de Leningrado:
Algunos de sus parientes qehatitas tenían a su cargo las filas de pan [léjem], las que preparaban para cada Shabat. (VIN) ומן־בני הקהתי מן־אחיהם על־לחם המערכת להכין שׁבת שׁבת
Sin embargo, hay un sorprendente detalle escondido acerca del tipo de pan utilizado durante la cena de Yahshúa/Jesucristo con sus discípulos. El término traducido como pan en los evangelios es léjem y no matsah. Por ejemplo, tomando como referencia Matityah/Mateo 26:26, según el texto hebreo del Mateo de Shem Tov4:
En el caso de los Mazoret/Evangelios de Marcos y Lucas (pues el evangelio de Juan no incluye el relato de la cena), no existen manuscritos hebreos actualmente, pero los manuscritos griegos disponibles confirman ésto al utilizar los términos equivalentes. Tomemos, por ejemplo, Marcos 14:22: “Mientras ellos comían, Yahshúa tomó un pan, dio la bendición, lo partió, les dio y dijo: ‘Tengan, esto es mi cuerpo’.” (VIN). De acuerdo con el texto griego de Westcott-Hort, el término traducido como pan en este caso es αρτον artón, el cual es el equivalente de léjem o pan leudado:
Mientras ellos comían, Yahshúa tomó un pan [arton], dio la bendición, lo partió, les dio y dijo: “Tengan, esto es mi cuerpo”. (VIN) και εσθιοντων αυτων λαβων αρτον ευλογησας εκλασεν και εδωκεν αυτοις και ειπεν λαβετε τουτο εστιν το σωμα μου
Lo mismo sucede con Luqa/Lucas 22:19:
Entonces tomó pan [artón], y después de dar gracias, lo partió y les dio, diciendo: “Esto es mi cuerpo que se da por ustedes. Hagan esto en memoria mía”. (VIN) και λαβων αρτον ευχαριστησας εκλασεν και εδωκεν αυτοις λεγων τουτο εστιν το σωμα μου το υπερ υμων διδομενον τουτο ποιειτε εις την εμην αναμνησιν
De la misma forma, la exposición de Saúl/Pâblo en Qorintiyim Álef/1 Corintios 11:23-34 sobre la cena de Yahshúa utiliza los mismos términos en griego. Al examinar específicamente los versos 23, 26, 27 y 28, donde la palabra pan es utilizada, los términos griegos utilizados en el texto son arton y su forma alterna αρτου artú:
Porque yo recibí del Maestro la enseñanza que les trasmití: que el Maestro Yahshúa, la noche en que lo entregaron, tomó pan [artón]. . . .Todas las veces que coman este pan [artón] y beban esta copa, anuncian la muerte del Maestro, hasta que él venga. De modo que cualquiera que coma este pan [artón] y beba esta copa del Maestro de manera indigna, será culpable del cuerpo y de la sangre del Maestro. Por tanto, examínese cada uno a sí mismo, y coma así del pan [artú] y beba de la copa. εγω γαρ παρελαβον απο του κυριου ο και παρεδωκα υμιν οτι ο κυριος ιησους εν τη νυκτι η παρεδιδετο ελαβεν αρτον. . . .οσακις γαρ εαν εσθιητε τον αρτον τουτον και το ποτηριον πινητε τον θανατον του κυριου καταγγελλετε αχρις ου ελθη ωστε ος αν εσθιη τον αρτον η πινη το ποτηριον του κυριου αναξιως ενοχος εσται του σωματος και του αιματος του κυριου δοκιμαζετω δε ανθρωπος εαυτον και ουτως εκ του αρτου εσθιετω και εκ του ποτηριου πινετω
De acuerdo a lo que dicen losMazoret/Evangelios y los escritos de Saul/Pablo, Yahshúa no comió pan sin levadura con sus discípulos: Él comió pan leudado. Si éste es el caso, entonces es imposible que ellos estuvieran celebrando una cena de Pascua. De otra manera, estarían quebrantando el mandamiento de abstenerse de levadura durante la Pascua y los siete días de la Fiesta de los Panes sin Levadura.
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