¿Cuál es su interpretación contextual?
El marido incrédulo es santificado en la mujer, y la mujer incrédula en el marido; pues de otra manera vuestros hijos serían inmundos, mientras que ahora son santos.
1 Corintios 7:14
Los creyentes pensaban divorciarse de sus cónyuges incrédulos porque consideraban que estaban en pecado, Pablo les responde que el marido incrédulo es santificado en la mujer creyente.
La palabra “santificado” no significa que el cónyuge creyente salva de sus pecados al cónyuge incrédulo y lo coloca en una relación con Cristo, ningún ser humano puede santificar a otro. El contexto inmediato trata sobre el matrimonio; Dios en el marco matrimonial acepta al incrédulo o no creyente ya que se trata del matrimonio o de una unión legal. Tal matrimonio es reconocido por Dios, es completamente legal, por lo tanto no hay necesidad de abandonar o divorciarse del cónyuge incrédulo, si no fuera así, los hijos serian inmundos o bastardos, es decir, nacidos fuera del matrimonio, Dios les reconocía como hijos legítimos nacidos dentro del matrimonio y no producto de la fornicación.